En 2015 comencé esta hermosa profesión como manicurista en un salón de belleza. Con el tiempo, fui construyendo mi propia clientela y, motivada por mi pasión, decidí estudiar cosmetología. Después de un año en el salón, pasé a trabajar a domicilio.

Fue así como, en 2017, alquilé una casa y abrí mi primer spa, adaptándolo para brindar un servicio más profesional y acogedor. A medida que pasaba el tiempo, seguí capacitándome y perfeccionando mis técnicas, lo que llevó a un crecimiento en la demanda de clientes

En 2021, gracias a la confianza de tantas mujeres en mi trabajo y en mi visión, decidí dar un paso más grande: alquilé un nuevo espacio y lo adecué completamente como un spa profesional. Desde entonces, hemos ampliado nuestra oferta de servicios, incluyendo tratamientos faciales, masajes relajantes y moldeadores, manicura y más.

Hoy en día, cuento con un equipo sólido de profesionales a quienes he formado en el arte de brindar un servicio excepcional, basado en la escucha y la comprensión de cada cliente. Continuamos creciendo y perfeccionándonos cada día para ofrecer los mejores tratamientos y seguir transformando vidas a través del bienestar y la belleza.